Fuimos a comer en familia porque mi hijo ya lo conocía y disfrutamos muchísimo con su comida. El cabrito que no es lo que más me gusta, me encantó , así como unos tortos espectaculares. La fabada riquísima, y el dueño tuvo el detalle de traer un platito a la peque que se encaprichó después de hacer el pedido de todos. En resumen que la comida fue estupenda y trataron con mucha simpatía. Volveremos sin duda!!!